Pocas estampas como la que se produce casi todos los días en el Pla de Vilafamés. Jaime o Lucas dirigen un hato de vacas y su semental con la única ayuda de sus perros y su voz. Realzada por el esplendor de la florecida primavera tras las sustanciales lluvias de estos meses atrás.
Los cárdenos retoños corretean y se quedan rezagados, son muy inquietos, y la novedosa presencia de un cámara, les hace quedarse atentos e incluso acercarse a curiosear.
La vista es preciosa, las vacas ramonean olivos o almendros en fincas no trabajadas, mientras que el semental prefiere las hojas de algunas viñas. En otro tiempo no hubiera sido posible, pero ahora la mayor parte de tierra está dejada de la mano de Dios.
Es la hora de pastar, de que la vacada se alimente de lo que da la naturaleza, de apacentar al ganado. Disfruten de las fotografías como yo lo hice disparando el botón de mi Canon.
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