LOS SECRETOS DEL MAYORAL: ANDRÉS TIRADO
Llegamos a la Dehesa El Serrano, es de noche y venimos a pasar unos días por Sevilla y alrededores. Allí nos reciben Irene y Andrés Tirado, hija y padre, ambos dedicados por completo a la ganadería de Virgen María.
Estrenamos un magnífico hotel que se ha
preparado dentro de un antiguo caserío totalmente reformado. Habitaciones
amplias y con todo detalle cuidado al máximo, y una enorme terraza con unas
vistas de la finca espectaculares. Os lo recomiendo.
Tras una suculenta cena entre amigos,
Andrés accede a concederme la primera entrevista para esta nueva serie de
reportajes. Me habían avisado de su intromisión, pero he de decir que me
sorprende, empieza a hablar y contar sus vivencias y anécdotas que me
fascinan.
Una hora que pasó fugazmente. Espero les suceda los mismo con esta lectura.
P-¿Quién es Andrés Tirado?
R- Un hombre que se marchó de Andalucía en
el 88 cuando Victoriano estaba empezando con su ganadería, se casó en
septiembre y en octubre se fue a Madrid, con 23 años. Esta ganadería estaba
empezando y yo también. Había estado con Juan Pedro, con Marcos Núñez
previamente, pero donde yo forjé mi carrera fue con Victoriano. Empecé
directamente como mayoral.
Y luego, después de otros 23 años, aquello
ya estaba hecho, tenía ganas de venirme a mi tierra, me salió esta otra
ganadería que era otro proyecto a empezar y me vine aquí.
P- ¿Dónde se crió?
R- En Benalup Casas Viejas, en Cádiz, mi
padre trabajaba en Jandilla cuando estaba en Vejer, cuando Juan Pedro se separó
nos fuimos con él al Castillo de las Guardas. Ahí estuvimos cuatro años, estuvo
mi padre de vaquero, y nosotros trabajábamos allí y fue donde empecé a aprender
de esto. De hecho Juan Pedro padre llegó un momento que me dijo que dejase de
estudiar y me quedase en esta casa y que cuando se jubilara Cárdenas, que era
el mayoral que tenía, yo le sucedería. Después por circunstancias no cuadró la
cosa y nos fuimos.
Andrés Tirado. |
P- ¿Cuáles son sus primeros recuerdos del
toro cuando era joven en Benalup?
R- La Andalucía de los años setenta, con
doce años, de estar viviendo en Jandilla, de tener que ir andando a la escuela
- que estaba dentro de la ganadería- por mitad de los toros y las vacas, había
dos o tres kilómetros hasta llegar allí.
P- ¿Cómo fueron esos primeros años en
Victoriano del Río?
R- Al principio complicados, yo tenía una
pequeña base solo, y allí en Madrid conté con la ventaja que no había personal
que valiera para trabajar con la ganadería. No estaba formado para ser mayoral
y llevar una ganadería, pero Victoriano
confió en mí, y poco a poco nos fuimos haciendo el uno al otro, poco a poco nos
formamos, y se montó la ganadería que se montó.
P- ¿Dónde adquirió esos conocimientos
previos?
R- Es como todo, tu llevas una base, había
estado cuatro años en lo de Juan Pedro, entre semana yo estudiaba y los fines
de semana y vacaciones ayudaba a mi padre, pero realmente no era una formación.
Cuando te ves allí y tienes la necesidad y la obligación de hacerlo, aprendes
de otra manera, te esfuerzas más, es distinto que cuando tienes a alguien que
te va diciendo lo que tienes que hacer.
P- ¿Fue un cambio muy radical para un
andaluz irse a la sierra de Madrid?
R- Sí, las costumbres diferentes, el clima
muy diferente, fue duro. En cualquier caso, yo estaba acostumbrado a esta vida,
pero mi mujer no, nunca antes había estado en una situación así. Ella se vino
conmigo, fue mi apoyo para poder estar allí, aunque para ella fue más duro.
Allí también tuvimos a nuestras dos hijas, estaba sola, y yo estaba muy poco
tiempo con ellas.
Recuerdo cuando fue a nacer nuestra
primera hija que vinieron a buscarme y me dijeron “vamos para el hospital que
tu mujer está de parto”. Recuerdo que fuimos corriendo para el pueblo, que es
donde vivíamos entonces, y de allí al hospital. Eso aguantarlo una mujer joven
sola, es muy complicado.
P- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la
profesión de mayoral?
R- Esto te tiene que gustar, si no te
gusta no lo aguantas. Y tiene muchas cosas buenas, muchísimas. Cuando ves salir
un toro o una corrida muy muy buena, cuando ves triunfar la ganadería que tú
llevas. Lo peor es el poco tiempo que le puedes dedicar a tu familia, dejabas
allí a tu mujer con dos hijas pequeñas. Había veces como en una ocasión, venías
por la noche con un camión de vuelta con los sobreros de La Coruña y cuando
llegabas te habían cargado otro toro para Marbella y te ibas, y no veías ni a
tu familia, y todo el verano prácticamente igual.
P- ¿Qué supone actualmente tener a su hija
al lado?
R- (Se emociona) Es una historia especial,
no se puede explicar, a ella le gusta mucho, está aquí muy a gusto y yo por mí
encantado.
P- ¿Qué espera de ella en un futuro? ¿Cree
que será la primera mujer mayoral?
R- La primera no, ha habido muchas mujeres
ya en el mundo del toro, lo que pasa es que no se les ha dado visibilidad. Yo
recuerdo, cuando era pequeño, en la ganadería de Marcos Núñez, el mayoral era
Manuel, el hombre no sabía escribir, ni leer ni conducir, y su mujer Catalina
sí, ella tenía su carnet y era quien le llevaba y le traía, y hacía muchísimas
cosas en la ganadería. Y aparte, tenía dos hijas que también trabajaban en la
ganadería de Marcos Núñez igual que Irene. Te estoy hablando de los años
setenta.
P- ¿Por qué salió de Victoriano y vino
aquí a Virgen María?
R- Mis dos chicas se hacían mayores, y mi
casa y mi familia están en mi pueblo e intenté venirme para acá. Llegó un
momento que en Victoriano estaba todo hecho, y quería algo nuevo. Le dije que
me quería ir a mi tierra y entre medias me salió esta ganadería que era nueva,
queríamos empezar de nuevo y nos vinimos.
P- ¿Qué mayorales recuerda que hayan sido
un referente para usted?
R- Ibas a las plazas y te encontrabas con
muchos mayorales, prácticamente de todas las ganaderías, y siempre aprendías
cosas hablando con ellos. Recuerdas a Pepe Reyes, mayoral de Jandilla, Fidel el
de Atanasio, Marcelino el de Los Bayones, gente mayor, que sabían un montón de
toros, y hablando con ellos ibas aprendiendo.
P- ¿Qué es lo que hace desde que se
levanta hasta que se acuesta?
R- Dedicarte por entero a la ganadería.
Haces de todo, desde el toro que tiene una cornada, otro que ha perdido una
funda, otro que se ha roto un pitón, hasta tener que improvisar porque se te ha
roto un coche y no puedes esperar al mecánico, arreglar una avería de agua,
reparar una cerca, prácticamente de todo las veinticuatro horas.
Andrés en las labores de mayoral. |
P- ¿Hay algún momento en el que se alcanza
la plenitud en esta profesión?
R- Siempre se aprenden cosas nuevas, pero
¿tú sabes lo que de verdad te llena de esto? Cuando tienes un problema que tú
entiendes que es serio, un toro complicado... algo serio de verdad, y tú lo
haces sin aparentemente mucho trabajo, y te sale bien la cosa, eso es lo que de
verdad me gusta.
Tengo fotos saliendo a hombros con
Morante, Jose Tomás, Juli, Ponce, un montón de toros buenos, vueltas al ruedo,
toros indultados, pero lo que más me llena de verdad es eso: en el campo, hacer
bien y fácil algo que sea difícil.
P- ¿Qué es lo necesario para que una
ganadería triunfe? ¿Qué es lo que está en manos del mayoral?
R- Para que una ganadería triunfe se
tienen que juntar muchas cosas, y del mayoral dependen algunas, la mayor parte
depende del ganadero. De las cosas que son básicas para que los toros
funcionen, está la alimentación. El mayoral le da la comida, pero esa comida la
tiene que comprar el ganadero y tiene que interesarse en encontrar una
nutrición completa. La sanidad, pues igual. El manejo sí es una cosa del
mayoral, pero también depende, hay ganaderos que dejan trabajar al mayoral, y
hay otros que quieren que se hagan las cosas en su casa como ellos quieren.
P- ¿Cómo ha sido en su caso en las dos
ganaderías en las que ha estado?
R- Victoriano ha sido uno de los mejores
ganaderos, sabía lo que quería, sabía lo que hacía, allí empezamos los dos y congeniamos
los dos, y fuimos haciendo cosas entre los dos. Jean Marie es muy buena
persona, muy buen aficionado, aunque no tiene todo el tiempo que le gustaría
para disfrutarlo en la ganadería. Él mismo me dice que confía en mí plenamente
y me deja hacer mi trabajo como yo considere mejor.
P- ¿Cómo debe ser la alimentación desde la
madre a los hijos pasando por sus diferentes edades?
R- Tienes que tener los animales muy bien
cuidados, es un ciclo que se vuelve a repetir una y otra vez. Pon una vaca que
está gorda y bien cuidada, se quedará preñada. Una vez que se quede preñada
tiene que tener buena hierba y si no tienes que darle de comer para que el
embarazo vaya sin problemas. A la hora de parir igual, si la madre está en una
buena finca y tiene hierba, no le hará falta, pero si no tendrás que darle de
comer para que tanto la vaca como el ternero estén bien. Si se te viene abajo
en un momento luego el cuerpo no se va a desarrollar igual.
Un compañero me decía una vez en
Constantina, "los toros tienes que tenerlos gordos desde añojos, si tu los
desarrollas bien desde añojos, luego les cuesta menos". Yo creo que no es
verdad, tiene que ser una cosa progresiva hasta que se desarrollan. Hay algunos
que los dejan en la finca con lo que hay allí, pero si la finca no les aporta
lo que les hace falta, lo tienes que aportar tú. Tienen que tener un desarrollo
progresivo.
P- ¿Es partidario de ejercitar los toros?
¿Qué beneficios o perjuicios tiene?
R- Soy muy partidario de mover los toros.
Es como las personas, alguien que no se mueve nunca y que de pronto le piden
que compita, no puede. Tienen que moverse y estar ejercitados.
La ventaja es que un toro bueno va a
desarrollar esa bravura mejor, con más soltura. El inconveniente es que el malo
va a serlo un poquito más por lo mismo, va a tener más soltura y más agilidad,
pero con menos clase y nobleza.
P- ¿Cómo se pueden minimizar los impactos
de una mala sanidad en la ganadería?
R- En la sanidad tú puedes comprar
medicinas y aplicarlas al animal, puedes prevenir algunas enfermedades,
parásitos, infecciones, todo eso lo puedes cuidar. Un golpe de un toro, no lo
puedes ni prevenir ni evitar, un golpe en el ojo, una cornada, eso lo vas a
tener siempre.
P- ¿Qué cree que aportan las fundas?
R- Mucha seriedad a las corridas. Además,
evitas las cornadas en la ganadería. Puedes presentar los toros bastante mejor.
Yo recuerdo una corrida en Castellón de Victoriano que fue muy famosa por que
decían que si estaba afeitada. No estaba afeitada, estaba con los cuernos
rotos.
Castellón es una feria de marzo, cuesta en
Guadalix engordar los toros para esa fecha, hubo que coger toros que estaban
gordos del año anterior. Cuanto más gordos estén los toros, más dan en el suelo
con los cuernos, y por aquel entonces no existían fundas y estaban ya con los
pitones medio rotos. Teníamos que presentarlos con quinientos y pico kilos, se
presentaron así...
Las fundas ahora evitan todos esos líos.
Ése fue un adelanto bastante grande.
Un inconveniente para alguna gente es que
dicen que el manejo no es bueno, que se acuerdan, pero eso no es verdad, es
justo lo contrario a mi modo de ver, cada uno vemos las cosas de una manera.
Cuanto tú más manejes a un toro, cuanto más lo pasees por los corrales, lo que
es la genética de la bravura lo llevan dentro, pero con ello lo acostumbras y
cuando llegan a la plaza no tienen ese estrés.
Hay una ganadería de la que yo recuerdo
que embarcar y desembarcar esos toros era algo muy peligroso, no solo para la
gente que lo hacía sino también para los propios toros. Se rompían los pitones,
se mataban entre ellos... Y me decía el el encargado que no sabía que hacer. Le
dije que preparara dos o tres corrales en la finca, y fuera metiéndolos de vez
en cuando, que los moviera de un lado a otro, y los pasara por los chiqueros.
El hombre por amistad o desesperación lo hizo, y a los dos o tres años, ya no
era la misma ganadería, incluso yo creo que embisten de otra manera. Porque
coger un toro del campo, que nunca lo has manejado, que nunca le has hecho
nada, meterlo en los corrales, meterlo en un camión y luego en una plaza, eso
es un estrés enorme. Se pueden romper los pitones, matar entre ellos, los
nervios hacen que se caigan en la plaza. Si tú todo eso lo has quitado, le das
una ventaja a la ganadería grande.
Esto que te estoy diciendo es de las cosas
más básicas que puedas hacer. Después también puedes hacer algunas más. Por
ejemplo, en Madrid se compró un camión para repartir el ganado y para
acostumbrar a los toros; los teníamos tres o cuatro horas por allí dando vueltas
o con el motor encendido, y luego los descargábamos en los corrales nuestros.
Cuando esos toros llegaban a la plaza, eran animales que estaban acostumbrados a
ello.
Aquí en Virgen María los corremos dos o
tres veces a la semana, dan la vuelta al corredero y vienen a los corrales.
Pasan por los chiqueros y salen por el cajón de curas o por el embarcadero. A
la hora de embarcar, ningún toro te rematará en ninguna puerta ni se te
estropeará los cuernos y eso es una gran ventaja.
Pelea en Virgen María. |
P- Y a la hora de preparar la corrida,
¿cuál es el mejor momento para quitar las fundas?
R- Eso nunca se sabe, te la juegas, lo
lógico es que se las quites ocho o diez días antes, para que el toro se vuelva
a acostumbrar a estar sin fundas. Nosotros le ponemos la funda de manera que la
punta del pitón quede en la punta de la funda para que él no pierda nunca la
distancia de su cuerno. El hecho de meterlo en el cajón, puede generarle algún
golpe, algún traumatismo, si se lo haces ocho o diez días antes das tiempo a
que ese animal se recupere. Luego en esos días puedes tener accidentes graves
porque es cuando se pegan de verdad, saben que no tienen las fundas y es cuando
se dan fuerte.
Hay ganaderías que las quitan el mismo día
de embarcar los toros, eso ya es cada uno a su manera.
P- ¿Cuáles serían los aspectos clave
cuando se desembarca una corrida?
R- La tranquilidad, la paciencia, gente
que sepa hacerlo. Este negocio vive de los toros, y es triste decirlo pero en
España lo que menos se cuida es al toro. Tienes unos corrales malos, nadie
piensa en esos animales para que tengan unas buenas instalaciones. La mayoría
de los corrales de las plazas de España son un desastre, al igual que algunas
personas que trabajan en ellos. Trabajan solamente una vez al año con ellos y
no hacen las cosas bien. Te vas a Francia, y procuran por todos los medios, a
lo mejor también por circunstancias, porque cuando estaba la frontera con
Francia había que llevarlos por unas carreteras muy malas, camiones muy
malos... un toro podía estar perfectamente de dos a tres días metido en un
camión. Entonces llegaban a Francia, y había que recuperarlos, por eso se los
llevaban diez o doce días antes. Y siempre procuraban que esos animales
estuvieran muy bien, unos corrales amplios para que se recuperaran. Eso luego se
ha alargado en el tiempo. Ahora la ruta más larga que puede haber para un toro
puede ser de 20 horas, y esas circunstancias de antes, las siguen aplicando.
Los toros llegan diez días antes a sitios muy bien cuidados y con personas
preocupadas de que estén bien.
P- ¿Cuánto puede perder un toro en un
viaje de esos?
R- Depende de muchas cosas. Hay un
detalle, cosas que vas aprendiendo, te fijas que siempre que llevas una
corrida, llevas un sobrero o dos, y esos sobreros a final de temporada, cuando
se lidian, son los toros que mejor embisten y los que menos se caen. Tú les has
quitado el estrés, los has acostumbrado a eso. El hecho de tener corridas de
mucha repercusión en sitios de paso también influye, porque se habitúan al
movimiento y a las personas. Es un cúmulo de muchas cositas que hay que ir
aplicándolas.
P- ¿Cómo es el manejo de los sementales
durante el periodo de no cubrición?
R- Depende de los sementales que tengas,
normalmente están todos juntos en un cercado que sea amplío. Si tienes un
semental muy bueno que quieres cuidar algo más, si tienes una cerca de añojos o
erales lo metes allí.
P- ¿Hay algún secreto para lograr el
máximo porcentaje de cubrición?
R- Que las vacas estén gordas, bien
alimentadas y sanas, y el semental igual.
P- Hablemos ahora de la selección, ¿qué
papel juega el mayoral en este aspecto tan importante en la ganadería?
R- Depende de la ganadería y el ganadero.
Aquí en Virgen María, Jean Marie y yo compartimos casi el mismo concepto y
vamos hablando, vamos compartiendo ideas. Es un trabajo paralelo.
Jean Marie. |
P- Reata, hechuras y nota de tienta, ¿me
las podría ordenar por orden de importancia?
R- Nota de tienta casi la última. Si
tienes mucha bravura en la madre con una nota muy alta y mucha bravura también
en el padre, hay que tener cuidado porque te sale genio rápido, un animal
intoreable. Sin embargo ves por ahí vacas de una nota media con un semental con
una nota media-alta, y te salen mejores animales.
Cada uno tiene sus maneras, por eso cada
ganadería es única y un mundo. Lo que hacemos aquí cuando necesitamos un
semental o dos, por ejemplo, es coger la libreta y buscar reatas. Si hace falta
un semental que me suba un poquito la movilidad o lo que tú quieras en ese
momento, te vas a esa reata que tú sabes que lo dan, y escoges los dos, tres o seis erales sobre el
papel que tú piensas que tienen esas cualidades. Ahora te vas al campo, si uno
de los que has escogido, es un toro feo, alto y desgarbado, pues evidentemente
no lo vas a coger, intentarás coger el que tenga las hechuras que tú quieres.
P - ¿Cuáles son esas hechuras?
R- Lo que busca todo el mundo. El toro
bonito, bajo, con una cara seria pero a la vez agradable para el torero,
detalles que todos tienen su importancia y que hay que cuidar. El torero es un
hombre y tiene miedo, y tiene que vencer ese miedo y estar delante del toro. Si
tú consigues que ese miedo para él sea un poquito menor, mejor para el toro, ya
que lo va a torear mejor. Buscas el toro que sea serio, pero que para el torero
no sea tan desagradable. Si presentas un toro con seiscientos kilos y dos
metros de cuerno ya tienes un montón de cosas en contra.
P- ¿Cuál es el mejor semental que hayan
visto sus ojos?
R- Ha habido y hay muchos. De Victoriano,
Aldeano que fue el que montó la ganadería. En Virgen María, un 60 de nombre
Galguito, con el hierro de Victoriano, fue el que prácticamente hizo esta
ganadería.
Aldeano 86. Foto de archivo. |
Galguito 60. Foto cedida por Irene Tirado. |
P- ¿Galguito tenía algo que ver con
Aldeano?
R- No, no tenía nada que ver, venía por
una línea del Torreón y por un toro de Jandilla, un 30 de nombre Hurtador.
Sementales completos, completos, no los
hay, tienes sementales muy buenos en la mente, pero todos los sementales por
buenos que sean, te dan un porcentaje de toros buenos, y un porcentaje mayor o
menor de toros malos.
P- ¿Qué tenía Aldeano, por ejemplo, para
ser un buen semental?
R- Por lo que cuenta Victoriano, y lo que
cuenta Juan Pedro también, en un momento dado a Juan Pedro le hace falta algo,
eso que hablamos de buscar por la reata, y ve que lo que tenía esa reata
que busca es una vaca que él le había vendido a Luis Algarra, la vaca Decidora.
Habla con él y solamente le quedaba un hijo de ella que era feo, basto... Pero
tenía esa reata que quería. Ése era el famoso toro Decidor, y de ahí vinieron
un 93 Incansable de Algarra y el 86 Aldeano.
El 86 Aldeano daba animales muy bastos,
pero esos animales eran muy buenos, embestían muy bien. Y eso era lo que
querían los toreros, sobre todo “El Juli”.
En Virgen Maria, Jean Marie compró vacas a
Victoriano en el 2006 y venían varias hijas directas de Aldeano. Nosotros hemos
buscado esa reata y tenemos varios sementales que todavía su abuelo o su
bisabuelo es Aldeano, y sobre todo hay uno que da esas hechuras bastas,
grandes, fuertes, y que a varios hijos les han dado ya la vuelta al ruedo, les
han cortado las dos orejas... Y todavía, varias generaciones para adelante,
sigue dando las mismas hechuras.
P- ¿Recuerda alguna vaca madre que siempre
diera bueno, la cogiera el semental que la cogiera?
R- Tengo un caso, que tenía una parte
buena y otra mala. Lo cuento. Un día en Madrid, al principio de aquella
andadura, estábamos un domingo por la tarde por el campo dando vueltas y vemos
a una becerrita que la había abandonado la madre por miedo a los cazadores.
Estaba allí estrecha y mal. Nos la llevamos a la casa, la criamos, se herró con
el número 318 y le pusimos de nombre Casera.
Yo creo que no falló ninguna cría, ni
hembra ni macho. La habíamos criado nosotros, le teníamos cariño, le dábamos de
comer de mayor ya en el campo, una maravilla. Todo lo que dio aquella vaca fue
bueno.
También creo recordar que fueron dos
sementales los que sacamos de ella. Y da la casualidad que no terminaron de
valer ninguno, no terminaron de romper como se esperaba. Ya eran los nietos de
esa vaca a los que les faltaba algo, ya que de ella todos los hijos eran
buenos.
P- ¿Qué virtudes tiene que tener una vaca
o un toro para aprobarlos en la tienta?
R- Volvemos a la misma, eso es la idea de
cada ganadero, cada ganadería es diferente. Tú compras vacas a Jandilla, y
compras la idea del ganadero de Jandilla porque a ti te gusta. Ahora tú
empiezas a seleccionar, y en diez o quince años, tu ganadería ya no se parece a
Jandilla. Porque tú has ido metiendo la idea tuya. Y al final los animales ya
no embisten igual. Cada uno busca una cosa. Hay ganaderos que lo que les
interesa más que nada es el caballo. Yo sé de ganaderías que se mataban en el
caballo, peleaban a muerte con el caballo y luego llegaban a la muleta y no
valían nada.
Yo personalmente el tercio de varas es de
lo que más me gusta, pero entiendo que si un animal sale a la plaza y le dan
dos puyazos o tres, se va entregar en el caballo, va a perder toda la fuerza, y
va a llegar a la muleta y ya no se puede mover, no vale para nada. Tiene que
llegar a la muleta con fuerza para poder desarrollar una faena que te valga
para triunfar.
Lo lógico y lo mejor sería un toro bravo
en el caballo y que el torero lo dosificara para poder desarrollar la faena de
muleta. De los que están arriba
entienden que para que el toro les valga a ellos para triunfar, tiene
que llegar con fuerza. Pero muy poquitos lo hacen. Cuidar el toro en el
caballo, tener un picador que no lo mate y así te puedes permitir el lujo de
tener toros muy bravos. Pero luego en la mayoría de las cuadrillas, no pasa
eso. Que lo cuiden en banderillas, y que sea bravo y bueno en la muleta, que
tenga recorrido, todo lo que tú quieras. Pero al final dependes mucho de los
toreros y de las cuadrillas.
Vaca de Virgen María en la tienta. |
P- ¿Cuál es el semental que más le haya
decepcionado, en el que tenía puestas muchas ilusiones?
R- Ese semental ha estado aquí, en esta
ganadería. Trajimos un toro que era precioso, con el hierro del Marqués de
Domecq, y tuvimos un hijo de él, un número 10, de nombre Obligado, que fue
impresionante en la tienta, lo toreó Perera, un toro bravo en su conjunto,
perfecto, bonito... Y empezó a dar unas crías coloradas preciosas, y yo pensaba
que iba a ser el semental que iba a levantar esta ganadería. Tan pronto te daba
el toro bueno bueno bueno, como el malo malo malo. Tuvimos unas esperanzas muy grandes
puestas en él, lo echamos tres años sin esperar a ver los resultados, corrimos
demasiado, y falló. Ésa fue una decepción muy grande.
P- ¿En qué punto se encuentra actualmente
la ganadería de Virgen María?
R- Está en un punto en el que no falta
casi nada para llegar a algo importante, pero depende de muchas cosas. La
ganadería está en muy buena situación, embisten muchos animales, pero para que
esto rompa tiene que haber un torero muy bueno que te coja y te lleve a las
plazas. Mientras esto no ocurra, está así la cosa.
P- ¿Cuáles son las líneas que quieren
potenciar ahora mismo?
R- Estamos sobre todo con Victoriano.
Luego hay dos sementales que vienen por Jandilla que también están dando
animales muy importantes. Del Marqués no hay nada puro; quedan algunas vacas,
pero las cruzamos.
P- ¿Cuáles son los sementales más
importantes de la ganadería?
R- Estaba el 60 Galguito, luego hay un 96
Timonel, que por cierto, viene de Jandilla, un toro muy bueno, hay un 8 Caótico
que viene de Victoriano. Hay otro 25 Epicentro que nos está dando muchas
alegrías y Pañuelito 96. Lo demás está todavía sin determinar.
Epicentro 25. Foto cedida por Irene Tirado. |
Pañuelito 96. Foto cedida por Irene Tirado. |
P- ¿Qué opina de cruzar animales con
genéticas complementarias? Por ejemplo, cruzar una vaca con una embestida
extraordinaria que no haya valido en el caballo, con un semental muy bravo en
el caballo pero sin tanta clase.
R- Volvemos a lo mismo, depende de cada
uno. Yo nunca jamás tendría un semental que no tuviera clase. Le puedes
perdonar ciertas cosas, pero nunca que no tenga clase, que humille, que tenga
recorrido, que diga algo esa embestida... hay unos cuantos detalles que no se
los perdonas. Puedes perdonar que sea un poquito manso en el caballo, que haya
tenido un detalle de escarbar, pero hay otras cosas que no se pueden ignorar.
P- ¿Cuáles han sido los mejores veedores
con los que ha tratado?
R- Veedores buenos hay muchos. Por
ejemplo, a una figura como El Juli, yo le conozco a Antonio Cutiño desde hace
ya muchísimos años. Antonio debe tener algo muy bueno, porque yo creo que no
haya un veedor con un torero que dure tantos años como él. Y le he visto muchas
cosas buenas.
Si te digo la verdad, hay un detalle, de
Joaquín Ramos, que fue de veedor con Joselito, Jose Tomás... Teníamos que
cargar una corrida de toros de Virgen María para Nîmes en el año 2018 y hacíamos un tentadero antes; venía a
cargar Joaquín Ramos y le dije que se viniera un poco antes para verlo. Salió
una vaca del Marqués impresionante de buena y va y me dice Joaquín "si no
fuera porque es imposible" - no podía ser algo preparado porque él no sabía
nada de aquella vaca- " te diría que esa vaca que están toreando ahora
mismo, tiene la misma embestida que daba un toro de Cebada Gago de los años
ochenta o por ahí, el 11 Ajustador". Irene, mi hija, que estaba por aquí,
se fue a mirarlo, y era imposible porque era del Marqués, no era de Cebada,
pero el hombre tenía esa embestida metida en la cabeza. Y al rato vino Irene, y
nos dijo que se había metido en la reata de la vaca y que su tatarabuelo era el
11 Ajustador. Y Joaquín interesado, llamó a Cebada y le comentó que en esas
fechas el Marqués les mandó unas cuantas vacas para que las cubriera, y ellos
tenían sangre del 11 Ajustador.
Ese hombre sacó la embestida de aquel toro
con la que estaba viendo en una vaca treinta años después. Actualmente, tenemos
un semental que viene de ahí y lo dejamos por esas palabras de Joaquín. No
todos tienen esa capacidad de observación y buena memoria.
Ajustador 11 de Cebada Gago. Foto archivo. |
P - ¿Cuál es el mejor momento que ha
vivido como mayoral?
R- En Madrid la ganadería embestía muy
bien, había muchos triunfos con las figuras y en el 2006 se rompió la barrera
que había con Madrid, salió una corrida extraordinaria con Encabo, César
Jiménez y Eduardo Gallo, y ése fue un punto de inflexión y de éxito. Después ha
habido muchos, la vuelta de José Tomás a Madrid donde cortó cuatro orejas. Y
como ése, hubo muchos momentos para recordar.
Pero hay un momento con Virgen María que
vino Joaquín Ramos, que ya murió, que iba de veedor para Córdoba, y me dijo que
le hacían falta dos sobreros para Córdoba, y yo le dije que no teníamos
sobreros, que no queríamos historias. Después volvió otro día y me dijo que la
corrida de Daniel Ruiz había tenido problemas, y que le hacían falta dos toros
pero para que entraran de titulares en la corrida. Entonces le dije que sí, que
si era para que entraran sí. Al día siguiente, ya estando allí los toros, me
llama y me dice que Daniel sí que lidiaba completa la corrida y los toros se
quedaban de sobreros. Yo me enfadé porque eso no había sido lo acordado,
hablamos por teléfono un poquito fuerte, la verdad. Me dijo que me invitaba a
Córdoba a la corrida, y le dije que no, que eran sobreros y no iba, que no iban
a salir.
Esa tarde de la corrida estaba por la
finca, y llamé por no sé qué razón a Enrique Peña de la cuadra de Sevilla, y me
dijo que estaba en Córdoba viendo la corrida de Daniel Ruiz, y justo en ese
instante me comentó que se acababa de partir el toro de El Juli el pitón. Le
dije que el primer sobrero era nuestro y la impresión primera cuando me lo dijo
fue fuerte. “¿Y ahora que va a pasar?” Pensé. Salió un toro extraordinario, que
el mismo Juli por la noche hablando con él me dijo que era para haberlo echado
a las vacas, la cosa no cuadró para indultarlo, pero fue un toro
extraordinario.
A partir de ahí, la cosa para Virgen María
cambió un poco. Y ese momento es uno de los más importante para mí como
mayoral.
Entonado 27. Foto cedida por Irene Tirado. |
Entonado 27 con Julián López "El Juli" en Córdoba. Foto: Diego Estrada. |
P- ¿De donde venía aquel toro de El Juli?
R- Puro de Victoriano, hijo del famoso Galguito y de una vaca de Victoriano, la 601 Entonada.
P- Es tarde, y muy a mi pesar, hay que acabar, mañana espera un día duro de trabajo para Andrés. Una pregunta típica mía... si
volviera a nacer ¿volvería a ser mayoral?
R- Depende del día y del momento (sonríe).
Finalizamos aquí esta entrevista, me sabe a poco, no descarto hacer una segunda entrega con este estupendo mayoral, pero como bien dicen los taurinos, quien quiera más, que vuelva mañana.
Será la primera de muchas otras que nos permitan conocer más si cabe los secretos de los mayorales, esas personas a veces tan poco reconocidas y que tan importante papel tienen en la trayectoria de las ganaderías. Sirva este trabajo como gratitud hacia ellos.
Toros de saca de Virgen María para esta temporada. |
Toros de saca para esta temporada. |
Toros de saca para esta temporada. |
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Toros de saca para esta temporada. |
Toros de saca para esta temporada. |
Toros de saca para esta temporada. |
Bonita arrancada de esta erala en el tentadero que presenciamos. |
Esaú Fernández con la de Virgen María. |
Esaú Fernández con la de Virgen María. |
Andrés encerrando la vaca tentada. |
Atento al tentadero. |
Diego Bastos. |
Manuel Román. |
Manuel Román. |
Manuel Román. |
Manuel Román. |
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