Ayer viví una experiencia más en uno de los templos del bous al carrer: la calle Sant Roc de La Vilavella. Solo entrar en el recinto te entra algo en el cuerpo, una sensación que solo los que tenemos esta pasión podemos explicar. Ver por allí a personajes, veteranos y noveles, que han sido y son referentes en este mundillo, te da una muestra de la magnitud del evento.
Ubicado en el burladero de la casa de Gerardo, en la parte baja del recinto, sonaron las tres carcasas y se dio suelta a Americano de Virgen María. Salió con pies y pronto se vino hacia nuestra zona. Allí vimos que le faltaba algo de chispa y transmisión en su embestida. Mostró cierta nobleza pero con un trote muy chochón que dijo poco, un comportamiento que no vale para la calle. Muchos rodadores en el recinto, y muy encima del toro. Dejó varios remates siempre humillado. De presentación, de talla pequeña, abierto de pitones y muy vacío de atrás.
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Muy serio por delante Fanfarrón de Fuente Ymbro, un negro que salió abanto, recorrió la calle y luego se centró y dejó arrancadas con cierto peligro. La más peligrosa a punto de ser encerrado tras Pablo Rodri con la caña. En el quiebro se desplazó poco y tiró la cara arriba, lo que propició que se vieran varios muy ajustados. Este ejemplar transmitió en lo que hizo pero también es cierto que le faltó entrega y prontitud, se lo pensaba mucho para embestir.
Y acabamos la tarde de la mejor manera posible, comiendo unos caracoles en el Sal i Oli, con una buena tertulia y rodeado de buena gente. ¿Qué más se puede pedir?
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