NO FUE MEDIÁTICA PERO SI UNA VACA DE CATEGORÍA: BAILARINA DE HNOS. BELLES

Muchos quizás no la conozcáis, otros tal vez sí, Bailarina es la protagonista de hoy, una vaca de los Hermanos Bellés que no actuó en las plazas más mediáticas, y por tanto, no era conocida por la mayoría de aficionados, pero que siempre realizó actuaciones de gran categoría, dignas de cualquier vedette de las ganaderías de primera línea.

Se caracterizó por su regularidad, su inteligencia y su instinto cazador. Su morfología también era muy peculiar, pitón negro negro, cara un poco acarnerada, de orejas y pezuñas grandes y con bastante esqueleto. De ahí que los Bellés crean que su origen pudiera provenir del encaste Murube. 

Bailarina.

La historia de Bailarina comenzó cuando los Hnos. Bellés adquirieron una vaca que compraron los quintos de La Torre d'En Besora en el año 1980, de un hierro procedente de Jaén que trajo el ganadero Serviliano Cervera de Catí. La embolaron y posteriormente se la quedó Bellés. El nombre de esa ganadería jienense lo desconocemos, y es de ahí de donde piensan que podrían venir sus genes murubeños. Es solo una elucubración, sin poder ser contrastado por mi parte. Esta vaca venía con una becerra en el vientre, que Bellés bautizó como Viajera. 

Paralelamente, compraron un becerro a un hombre de Benlloch, recomendados por Herminio Prats de La Serra. Este señor adquiría añojos para torearlos en capeas y cuando ya estaban desengañados los vendía. Le sugirió que cogiera uno que cada día lo iba haciendo mejor. El origen de este toro tampoco se conoce con certeza, comenta Bellés si pudiera venir del ganadero Tabola de Cervera del Maestre.

De la unión de Viajera y el toro comentado anteriormente, nació Viajero. Un ejemplar clave en la historia de la ganadería, semental durante muchos años, vivió cerca de quince, y que curiosamente, fue padre y abuelo materno al mismo tiempo de la vaca Bailarina. Muy noble en el campo, le subían hasta a caballo, y bravo en la plaza.

Subido a caballo de Viajero. Foto cedida por el ganadero.

Por otra parte, otra de las hijas que dio la vaca procedente de la ganadería jienense fue Santa, fruto del cruce entre ella y un toro de casa de Serviliano Cervera. Bellés le llevó la vaca para que este toro la cubriera, y de ahí nació la que sería abuela materna de Bailairna.

Viajero a la izquierda y a la derecha con cencerro la vaca Santa. Foto cedida por el ganadero.

La madre de Bailarina se llamaba Carolina, y era hija de Viajero y Santa. Era también muy buena vaca, no tanto como la hija, de morfología similar y con los pitones negros. Dio en hembras siempre bien, en cambio un macho que sacó no sirvió. Como nota curiosa, era una madre ejemplar, no había año que no pariera, y siempre se le adelantaba el parto un mes, incluso en una ocasión dio a luz a dos becerras.

En primer plano Bailarina, y detrás de ella Carolina su madre. Foto cedida por el ganadero.

Vaca Bailarina. Foto cedida por el ganadero.

Bailarina nació, si no nos fallan las cuentas, en el año 1991, como bien hemos comentado, de la unión de Carolina y Viajero. 

Árbol genealógico de Bailarina.

Nos relata Bellés que comenzó a destacar en una tarde en Vilar de Canes. Era una utrera y en la plaza estaba Ramón "El Benicarlando" haciéndola trabajar. La hizo saltar el banco varias veces y quiso también llevársela a una pared con una barandilla para girarse y que se levantara, pero fue tal la rapidez de la vaca que se le tiró de primeras sin darle tiempo a colocarse y llegando justo.

Empezó a realizar buenas actuaciones, lo hacía todo, pegaba fuerte, metía la cabeza en busca de la gente y trabajaba con facilidad todos los obstáculos, y siempre con un peligro innato que tuvo desde bien joven. En cambio en el corral era una vaca muy mansa, siempre que ella estuviera tranquila, la rascaban y le daban de comer de la mano. Tenía mucho coco, en muchas ocasiones todas las vacas se iban cuando ya habían comido su pienso, y ella se quedaba mugiendo a los ganaderos para que le dieran más.

Noel Bellés acariciando a Bailarina. Foto cedida por Juan Carlos Vilar.

En Les Coves un año se llevó el premio a la mejor vaca. Nos cuenta Bellés que ese día antes de bajarla del camión, había dos hombres encima de un palet en un rincón del corral, y les dijo que se apartaran que iban a descargar a la vaca. Ellos dijeron que no, que habían estado toda la vida ahí y nunca les había pasado nada. Cuando bajó del camión Bailarina se fue directa a por ellos y la suerte fue que se levantaron rápidamente porque el palet lo mandó por los aires. Luego realizó muy buena actuación, en una ocasión la llamó un chico desde el tablao, ella subió y él se escondió debajo. La vaca bajó, se giró y se fue detrás de él arrodillada. Gran detalle. También había un remolque con cabirones, detrás de él se encontraba una abuela. Bailarina metió la cabeza por el agujero y la abuela se cayó de culo, y como con los pitones no llegaba, a bocados la enganchaba de la falda y la estiraba. 

Bailarina en el Grupo San Lorenzo de Castellón.

Con el paso de los años sus picardías aumentaban, normalmente siempre pegaba una vuelta por la plaza y miraba a ver quien había por allí que estuviera despistado. Y cuando veía el momento, se iba a por él. Nos dice Bellés que cogió a más gente detrás de la barrera que dentro de la plaza, tenía mucha facilidad para meter la cabeza en los barrotes.

En Benasal un año también destacó, y cogió a Joan, le pegó una leche cuando estaba en el tercer o cuarto cabirón y le agujereó la pierna. Nada más ocurrió, Bellés le abrió la puerta y la vaca rápidamente se fue hacia el corral, como diciendo que ya había hecho su trabajo.

Bailarina en Benassal.

En La Pobla Tornesa ocurrió algo similar, la toreaba un chaval y la vaca ya era vieja. Ella le daba confianza poco a poco y el chico cada vez se arrimaba más. Y cuando la vaca vio que él ya estaba más lejos de la barrera que de ella, dijo, ahora es la mía, y metió la directa detrás de él y le reventó la pierna contra el barrote.

Bellés nos cuenta un par de anécdotas de Bailarina: 

"Me vino un amigo en Rosildos y me dijo: ¿esta vaca que hará? Yo le dije, ¿tu ves a aquel hombre que está sentado en la silla detrás de los barrotes? Pues aquel hombre lo revolcará, ya lo verás. Al cabo de un rato viene y me dice: ¿como lo sabías tú? La vaca enseguida lo veía, tenía un instinto de coger muy grande". 

"Otro día en el Castillo de Villamalefa, resulta que hay dos plazas y con una pared que por una parte es muy alta pero la que da a la plaza no tanto. Pregunté si normalmente la gente se quedaba ahí, y me dijeron que sí, que ahí nunca saltaban las vacas. Cuando salió Bailarina cogió de una punta de plaza a otra y el que lo vio de primeras bien, pero el resto se tuvo que tirar abajo de aquella pared de la que habrían cinco metros al suelo. Dejó la pared limpia, ya no se puso nadie más en toda la tarde".

Isaac y Bailarina en el Grupo San Lorenzo.

Su última actuación la realizó en La Serra y la verdad que no quedaron muy satisfechos, según nos comentan, no tendría que haber salido ya, no era el justo homenaje a esta vaca. En cambio, la actuación de antes en Vilar de Canes fue muy buena, dejó un gran detalle con Sergio de Albocáser. Subió al tablao se fue detrás y él se tiró por debajo del banco, la vaca se arrodilló e intentó cogerlo, incluso a mordiscos quería sacarlo de debajo.

Bailarina murió en el corral, cuando se cansó de vivir, un 14 de febrero de 2013, con 21 años. La mejor vaca que han tenido los ganaderos de La Torre d'En Besora, su buque insignia. 

Mandaron la cabeza para disecar pero todavía no ha vuelto, no saben donde está. Han llamado varias veces pero nada. Que poco corazón tienen algunos, jugar así de esa manera con los recuerdos y sentimientos de estas personas.

Bailarina ya mayor. Foto cedida por Juan Carlos Vilar.

De la descendencia dejada destacó de joven un toro de nombre Bailarín, hizo cuatro actuaciones buenas pero luego fue a menos. Lo echaron a las vacas y actualmente lo que les queda de esta reata viene de él. Vacas de ahora como Diabla nº 130 y Billetera nº 117 proceden de Bailarina.

Bailarín, hijo de Bailarina.

Bailarín.

Hasta aquí la historia de este ejemplar, como he dicho al principio, no fue la más reconocida ni la que más concursos ganó, pero digno darla a conocer a aquellos que no tuvieron la oportunidad de verla. Gracias a la familia Bellés por colaborar en este reportaje y a Juan Carlos Vilar por ceder algunas fotografías.


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