VIVA LA BRAVURA, VIVA GARGANTILLO

Gargantillo de Pablo Mayoral puso el broche a un día taurino especial en Benasal con nuestros amigos los Emboladores B&I. Y es que este toro de llamativo pelaje (para unos sardo, para otros berrendo en castaño) realizó una muy buena embolada, se vino arriba como los bravos y no paró de acometer durante toda la noche. Igual se llevó para el matadero una treintena de quiebros y otras tantas rodas. Bravura y nobleza se conjugaron para deleitarnos con unas embestidas especiales, un tranco muy bonito, el rabo levantado y la cabeza siempre descolgada. Transmitió en todo lo que hizo y siempre tuvo la virtud de ir a más.

Por la tarde salió algo acalambrado, arrastró las patas traseras, se le veía con poco poder, pero conforme pasaban los minutos se fue rehaciendo. Nos comentaron que en los corrales se desgastó una barbaridad. Remató varias veces con mucha fuerza en barrotes, siempre abajo, y se vieron buenas rodas y quiebros por parte de los presentes. En ocasiones incluso lo agobiaron un poco, había muchas ganas de toro.

César Carceller lo lanceó con el capote y nos regaló varias verónicas y una media de mucha categoría. A la muleta de Campanero embistió humillado, quiso cogerla por bajo, pero con el viaje corto y algo brusco. Gran mérito lo de ambos, después de todo lo que le hicieron al toro ponerse delante con el capote y la muletita y la pata palante. Todos mis respetos.

Un toro que reunió muchas virtudes, que nos dejó muy buen sabor de boca, y que se encerró entre los aplausos del respetable. Lo comenté con algún amigo, hubiera mejorado su presentación con un añito más, de cinqueño hubiera ganado en seriedad, pero no sabemos si su comportamiento hubiera sido el mismo. Sea como fuera, viva la bravura, viva Gargantillo, seguro que uno de los destacados de la temporada.

Enhorabuena Emboladores B&I por este astado.
































Romero fue exhibido por la mañana y lo mejor fue su salida, con muchas piernas y eléctrico, persiguió hasta el final al joven de la cuadrilla que lo paró de forma meritoria. Posteriormente mostró una clara flojera, muy poco poder, lo que provocó algunas caídas. Tuvo la virtud principal de la movilidad, y a los quiebros y recortes siempre entró algo dormidito, sin acabar de entregarse, quizás por su poca fuerza.

De presencia muy bonito, de talla pequeña, pero muy bien conformado, con los quilos que tocan y la cara muy bien colocada. En la embolada mostró un comportamiento similar al de la mañana. 










































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