VAREA VUELVE A ILUSIONAR EN VILLASECA DE LA SAGRA
Debuté
en la feria de Villaseca de la Sagra el pasado sábado 6 de septiembre, en una
plaza de reciente creación, nada más que un año, y con unas buenas
instalaciones. Me llamó la atención lo reducido que es el ruedo y lo bien
presentadas que están las novilladas. La de Baltasar Iban lució muy buenas
hechuras, con toros típicos de la casa, y otros que no podían ocultar su
procedencia aldeanueva. Según leí en
las redes sociales, parece ser que han refrescado con un semental de Pedraza de
Yeltes.
Comenzó
la novillada con un colorado grandón, que acusó falta de fuerzas en sus cuartos
traseros y que empujó en varas. Martín Escudero realizó su presentación con
paso firme, dejándose llegar el toro muy muy cerca. El toro no llegó a
transmitir y aunque el novillero lo intentó, no acabó de alzar el vuelo la
faena. Obtuvo una ovación tras una estocada delantera.
El segundo novillo tampoco fue
bueno, poco recorrido y brusco en su salida, nunca fue a más y Ginés Marín se
mostró muy comprometido y pegándose un buen arrimón. Mató de media estocada en
buen sitio y fue ovacionado.
Un precioso iban fue el que hizo tercero, pero todo se quedó en la lámina, nada
por dentro, muy parado y costándole mucho tirar para adelante. Varea poco pudo
hacer, únicamente destacar el inicio de faena en la que pareció que aquello
fuera a alcanzar cotas mayores, con buenos muletazos por abajo. Le costó bastante
matar. El novillo recibió una sonora bronca.
El cuarto salió con más brío,
apretó en el caballo y Martín Escudero le realizó buenas tandas por ambos
pitones. Siempre embistió mejor en la media-larga distancia, cuando el
novillero le acortó los terrenos, el novillo protestó. Destacar que siempre
intentó cargar la suerte y estar bien colocado. No mató bien y únicamente
recibió una ovación.
El quinto fue el más bravo de la
tarde, de nombre Saltillo, castaño facado, hecho cuesta abajo, como un verdadero
iban. Tuvo mucho temperamento y una
embestida codiciosa. Ginés Marín realizó unos pocos derechazos muy buenos y
algún natural rematado atrás que llegó al público. La faena fue decayendo y no
fue refrendada con la espada. Ovación para el novillero y para el novillo en el
arrastre.
En último lugar salió otro grandón aldeanueva, colorado y que fue de gran
calidad en sus embestidas. Varea lo toreó a placer, con ese don que tiene del
temple, con la torería que lo caracteriza y con unos remates de auténtico lujo.
Llegó más al público por el pitón izquierdo, con naturales encajados, rematados
atrás y muy despaciosos. Por ponerle un pero, en alguna ocasión le faltó una
mejor colocación y embraguetarse más con él. Media estocada que le valió para
cortar las dos orejas.
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