REFLEXIONES DE UN CONCURSO CON RECORTADORES Y PABLORROMEROS 2.0

Tras la suspensión el pasado domingo, volvía al coso de la calle Pérez Galdós para presenciar el concurso de recortes con toros de la ganadería de Partido de Resina. Varias cosas que me llaman la atención e intento analizar con mi mejor criterio.

Cuando anuncian la corrida para este año, me sorprende la menor presentación de los astados. Bien es cierto que lo del año pasado era imposible de superar, pero todos esperábamos un puntito más. Corren tiempos difíciles para los organizadores de festejos populares, los gastos de cánones y arrendamientos se disparan al alza por parte de los empresarios de los festejos mayores, los márgenes se acortan y para poder llevarse algo para casa, hay que ajustar los costes. Sería bueno darle una buena pensada por todos los interesados, si no lo hacemos, vamos por mal camino.

Por otro lado, durante el matinal no sé si estaba viendo una corrida de pablorromeros o una de cualquier ganadería de procedencia Buendía. En mi mente siempre ha estado el prototipo de toro cárdeno, ancho de pechos, de gran hondura, con badana y el morro chato. Y los de hoy poco han tenido de todas estas características. De comportamiento ha habido de todo, los dos primeros rajados y con pocas ganas de pelea, un tercero de nombre Botito muy bravo, franco, alegre en su embestida y que sabía lo que se dejaba atrás, cuarto, quinto y sexto se han dejado pero sin acabar de transmitir. Y todos como digo, con el denominador común de ser toros recogidos de vientre, degolladitos y de hocico fino. Salta a la vista que se ha realizado un importante refresco con esta sangre santacolomeña, algo dijo ya en su día André Viard en su Opus número 11 de Tierras Taurinas que llevaba por nombre "El misterio de Pablo Romero". 

La tercera reflexión de la mañana viene a raíz de observar a ciertos recortadores. Muy profesionalizados muchos de ellos, se ha perdido un poco esa sorpresa e ingenuidad que daba aquel que venía de la calle, que se había forjado por los pueblos. Ahora se buscan saltos inverosímiles a pocos metros del toro, quiebros de rodillas que pongan el corazón en un puño, a la gente le gusta, la verdad que tiene emoción y mérito, no lo niego, pero yo soy más del buen quiebro templadito y del recorte dejándotelo llegar. Cuanto echo en falta a unos pocos como Palacios, Blanco o Delgado. Los que más se han acercado a ellos, con todos mis respetos hacia el resto, son Sergio Sarrión, Adrián Pérez y Dany Alonso. Esa manera de caminarles a los toros, hacer las cosas despacio, sin aspavientos y con torería. 

No sé, quizás es una percepción mía y que no comparte nadie, pero hoy la mañana me ha dado que pensar. También me ha dado por tomar alguna instantánea, os dejo un resumen de lo que para mí ha sido un descafeinado concurso de recortes, un quiero y no puedo, que por cierto, ha ganado Jonatan Estébanez.
















































Comentarios

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  2. Ya nada queda de los antiguos Pablo-Romero y no sale ninguna corrida potable desde hace años.

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